martes, 25 de septiembre de 2012

Reflexiones

I

Converso con S, compañero de feria, "¡Mira si te arreglás con M! Un día le vas a decir: ¿te acordás cuando te peleaba por diez centímetros de espacio?" S pone cara de que jamás, antes muerto. "¿Por qué no? -lo chicaneo- es fuerte, es espiritual..."
Antes que termine el día, S se acerca... "¿Sabés que me quemaste el cerebro con eso que dijiste?"
Me alegro, pienso. "Me alegro", le digo.

A la semana, S vuelve sobre el tema. "¿Qué hago -consulta- me enamoro de M?"
¡Como si se pudiese elegir! ¡Como si el amor fuese una decisión! ¿Y si en algún punto todo se decidiera? ¿Qué hago, enfermo o me curo? No lo sabe, pero él también me quemó el cerebro.

II

Leo una Caras vieja, en una fonda de Once. Hay una nota sobre Badía, sobre su última aparición pública y su felicidad por el Martín Fierro ganado. Se me llenan los ojos de lágrimas al ver las fotos, su mujer espléndida y él canoso y consumido, pero sonriente a su lado. Dijo Badía, en la entrega de los premios, que alguna vez le preguntaron qué deseaba para su vida y él contestó "Una trayectoria". Sentía que lo había logrado, miraba a la audiencia y no conseguía ver a una sola persona que lo odiase. Los fotógrafos de la revista le pidieron que posara con el telón de Caras de fondo y el trofeo ganado en alto y él accedió gustoso. No sólo eso, los felicitó por ser tan jóvenes y mostrar tanto entusiasmo y empuje.

Qué cosa... la revista Caras. La misma de la señora de los almuerzos y de Susana y de los viajes a Miami y de las casas fastuosas y las fortunas mal habidas. Pero ahí estaba Badía -un profesional en lo suyo- encontrando algo amable para decirles. Todos quienes se cruzaron en su vida coinciden en recordar con qué respeto fueron tratados. ¿Lo transforma eso en un "tibio"? No creo, parecía hombre de posturas bastante claras. Encomiable manejo de la comunicación. Don de gentes. Generosidad. Qué difícil aborrecer las acciones y amar a la gente. Así como no nos cuesta escandalizarnos si se abandona a su suerte a un ladrón herido, deberíamos ser capaces de amar al ser humano detrás de la vedette escandalosa, la empresaria irresponsable, el político corrupto, el periodista facho.

5 comentarios:

  1. Al punto I, opino: el enamoramiento es un hecho irreflexivo, fisiológico, algo así como un encantamiento no voluntario. Pero dura como máximo 6 meses. Conservar un amor SI requiere de una decisión. No?
    Al punto II: Ud. se volvió loca? Una cosa es una vedette escandalosa, que normalmente inspira compasión ya que demuestra normalmente su carencia afectiva; en definitiva no perjudica a nadie más que a sí misma. Pero un politico corrupto? Estuvo viendo mucho Sean Penn me parece... Ja, ya sabe lo que pienso. NO tengo muchos grises, blanco o negro. Y ahí NEGRO.

    ResponderEliminar
  2. Amiga, el amor después de un tiempo es una decisión, coincido. Pero al principio me parece que el corazón se va detrás del otro, y no hay mucho que pueda hacerse.

    Ja! Por eso puse primero el ejemplo del ladrón, ud sabe bien que hay gente que diría "¿Salvar a un delincuente? ¿Ud se volvió loca?"
    Y yo contestaría "Antes que ladrón, es ser humano". Detrás del político corrupto también hay un ser humano.

    Si algo aprendí con el tiempo es que (por suerte) no somos nuestras acciones. Yo puedo detestar una conducta en mi hermano, por decir algo, y saber al mismo tiempo que él no es esa conducta. De otra forma el perdón -a los otros, a nosotros mismos- sería casi imposible.

    ResponderEliminar
  3. Le voy a contar una linda historia que la tiene a mi vieja de protagonista. Allá en mi pueblo andaba un exhibicionista. Hete aquí que mamá se lo cruzó a la salida del trabajo, de nochecita. El tipo la empezó a seguir, cada vez más rápido. Entonces ella se dio vuelta y lo enfrentó:
    "Señor, -le dijo, disimulando el cagazo- ¿sería tan amable de acompañarme hasta mi casa? Así voy más tranquila, no son horas para que una mujer ande sola..." El hombre cambió la expresión y contestó "Cómo no, señora". Mi vieja se dirigió al caballero dentro suyo, y le salió bien.

    Otro ejemplo: es difícil que a una mujer que no es celosa le metan los cuernos. Ella confía en su pareja, ¡entonces no sucede! A lo que voy es que si pudiéramos ver al ser humano evolucionado en todos nosotros, seguramente responderíamos de la mejor manera.

    ResponderEliminar
  4. Ni en pedo. Ja!. Hay casos en que me las malas acciones de los seres humanos lo son en contra de otros seres tan humanos como ellos. En caso de violadores, ladrones que matan: Que Dios se apiade de su alma, yo no. No se puede ser de river y de boca al mismo tiempo. Del mismo modo no se puede estar (en determinados y gravísimos casos), de parte de la víctima y del victimario.
    Insisto: Que al político corrupto lo ame su abuelita.

    ResponderEliminar
  5. Nayru, no he dicho que fuera fácil.

    Hace poco leí el relato conmovedor de una mujer víctima de secuestro y tortura, durante la dictadura. Estaba embarazada al momento de su liberación, se exilió a España con su pareja. Abortó en Inglaterra (en España no se podía), suponiendo que el bebé era de alguno de los que la habían violado durante el tiempo que estuvo secuestrada. La tuvieron todo el tiempo con los ojos vendados, sometida a manoseos y penetraciones. Cuenta que en un momento se sintió una igual con ellos, que no lo dijo antes para que no hablasen del Síndrome de Estocolmo. Porque no era eso.

    Uno de los hombres le puso el pene entre las piernas y le dijo "Sentime..." Sonó como un ruego, cuenta ella. El ruego de alguien con su misma angustia, su misma desesperación (los japoneses tienen un nombre para ese momento de empatía, ahora no lo recuerdo).

    Con el tiempo tuvo la casi certeza de que ese bebé era en realidad de su pareja, de quien terminó separada. Él se casó, ella también y tuvieron hijas casi al mismo tiempo. Años después -sola, durante un largo paseo por Madrid- la mujer habló a la distancia con ese hijo que no fue, le explicó lo confundida que estuvo en esos días y le pidió perdón por no haber sido capaz de hacerse cargo de él.
    Una conversación entre ella, su hijo y Dios.

    ResponderEliminar