lunes, 17 de septiembre de 2012

Gaby y el ánimo

Gaby

Gaby se para al lado mío, detrás del puesto. ¡Hola!, le digo en ese tonito condescendiente que solemos usar con los chicos. La recuerdo de otro sábado, llevaba unos zapatos de baile español iguales a los de mi niñez. ¿Cómo te llamás? Gaby habla tan bajito que tiene que repetírmelo tres veces. Cuántos años tenés, le pregunto en un alarde de originalidad. Gaby me muestra cuatro dedos. Al rato me explica que no puede estar mucho tiempo parada y que va a buscarse un banquito. Vuelve con una escalera de dos escalones y la pega a mi silla. Tiene puesto un vestido azul con pintitas blancas y una vincha a juego. Estudio su cara, ancha y seria. Una pelusa graciosa le une las cejas, las pestañas son largas y oscuras. Está luchando con una bolsita de garrapiñada, la idea es abrirla. ¿Me convidás? Claro que sí, Gaby introduce finalmente un dedo sucio en la bolsita. Los dientes son pequeños, separados y blancos, abre mucho la boca para mostrarme cómo es un personaje de dibujo animado. Un compañero de feria le pregunta, comedido, si su madre es la señora de cara bonita. Gaby lo mira con desconfianza. Lo bien que hace, nuestro compañero en realidad opina que la madre de Gaby es mala onda.

Gaby pide ayuda para abrir el bolsillo de su vestido, un corazón de tela blanca cerrado con un botón/corazón. Adentro hay un sobre con restos de queso rallado, algo más para comer. Gaby se va y vuelve con Blancanieves y su príncipe. El príncipe usa el vestido de Blancanieves y tiene el pelo duro y raleado (Blancanieves no se ve mucho mejor, usa la túnica del principe y un pantalón hecho jirones). ¿Qué diálogo puedo inventar, con este príncipe en polleras? "Oh, Blancanieves, disculpa mi aspecto, es que salí apurado..." Gaby explora con el dedo índice en su nariz, ella misma parece necesitar un buen baño.

Gaby me enseña que un banquito plástico puede usarse al revés, que puede uno meterse adentro, que puede colocar otro banco encima y hacer un techito, que puede hamacarse navegando... y que puede caerse. Sus ojos se ven más redondos que nunca, una mirada de asombro ante la caída. La bombacha al aire, Gaby se ha salvado de golpearse la cabeza contra el cordón de la vereda. Recuperada la compostura, encima los banquitos y empina los pies sobre los travesaños.

-¿Tenés novio, Gaby?
-No.
-¿Pero te gusta alguien?
-Sí...
-¿Cómo se llama?
-Marcos.
-¿Y por qué te gusta?
-Porque dice cosas graciosas.

Gaby desfila con una serie de sombreros, todos del negocio familiar. Se presenta ante mí con un tocado de flores y plumas, después con un casquete de terciopelo. Preciosa, Gaby, me encanta. La hermana de Gaby pasa como un rayo y la empuja, es la señal para lanzarse detrás suyo a la carrera. Un hombre se queja a la madre de Gaby, alguien debería controlar a esas nenas, han molestado a su perro. No, no pasó nada, pero podría haber pasado. "El animal puede reaccionar, sabe?" La madre de Gaby no acusa recibo, sólo dice a sus hijas: "¿Qué le hicieron al pobre perrito?" ¿Me parece a mí, o suena irónica? Gaby tiene la vincha ladeada. La siguiente vez que la veo, anda sacándole fotos a los desprevenidos. La cámara es la tapa de un viejo celular de mamá, de tamaño perfecto y con un agujerito en el ángulo. Gaby enfoca, alcanzo a verle el ojo.

Ánimo

Estoy filtrada, le digo al Hombre. Es entendible, todo el día sometida al viento en la feria, no tengo resto para lavarme el pelo. Lo único que quiero es darme un baño de inmersión. "Date un baño de inmersión y después duchate y lavate el pelo", me aconseja.

-¿Una ducha después de un baño de inmersión? Vos no sabés como quedo yo después del baño... Tengo el pelo hecho un lío, mañana va a ser más difícil desenredarlo, pero no tengo ánimo.
-¿Qué es eso del ánimo? Uno primero crea la palabra y después se somete a ella.
-Ah, tengo un filósofo en casa... ¡y no lo sabía!
-Un filoso.

Tiene razón. Me da trabajo, pero tiene razón.

4 comentarios:

  1. Siempre me gusta como describe las cosas, las personas, las situaciones, por eso es que cada tanto me doy la vueltita de la distensiòn al leerla ( bahh salvo cuando roza lo polìtico y ahi en gral discurrimos diferentes visiones jaja). Creo un buen escritor es el que logra al lector transportarlo hacia la situaciòn , como si estuviera vivièndolo uno mismo o uno se viera como en una pelìcula reflejado en el personaje. Ud lo logra casi siempre cuando describe.
    Buenas Tardes.-

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  2. Hetitor, otra vez me entra como spam. Y mire que le indico... "no es spam". Recién intenté subir un video, ahí se iba a pelear conmigo:

    http://www.youtube.com/watch?v=4N8DnOdSV2M

    Igual le cuento que no estoy 100% de acuerdo con Aliverti. Es claro, es "políticamente correcto", es valiente... pero no me gusta cuando generaliza.

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  3. A ver. Será muy filosófo, pero de práctico no tiene nada. A quién se le ocurre ducharse después de un baño de inmersión? Primero el pelito amiga, luego el bañito de inmersión.
    " Uno primero crea la palabra y luego se somete a ella", mmm.
    O entra en terribles contradicciones con lo dicho, no?

    Por otro lado, después de su relato, ya me parece conocer a Gabi ;)

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  4. Cuando escuché eso, pensé en la palabra "amor". Le damos nombre al dolor de estómago y después sufrimos. :-)

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