miércoles, 5 de junio de 2019

Los límites del "periodismo de guerra"

Ayer volvimos a ver El informante, la excelente película donde Al Pacino encarna a un periodista valiente e incorruptible. Y se nos dio por comparar a ese periodismo con el que aquí tenemos. Sin desmerecer a nadie -cada quien hace lo que puede con lo que tiene- el slogan de la realidad como nadie te la muestra ya nos tiene un poco inflados. ¿Qué realidad, la de las fotocopias de los cuadernos, la del fiscal Stornelli prófugo de la justicia? Ahí termina, da la sensación. Día tras día, noche tras noche, canal tras canal, pareceríamos ser testigos de un enfrentamiento entre periodistas K y anti K que ocultan una parte importante de lo que sucede. Como si en Argentina no pasaran más cosas. Salvo honrosas excepciones, nadie habla con idéntica pasión de esos otros temas. Y cuando lo hacen, es siempre fuera del horario central.

Nuestro periodismo no enfatiza suficientemente sobre el desmonte, la sojización, las inundaciones consecuentes, el glifosato, las escuelas fumigadas, las muertes por cáncer, las malformaciones. No se enciende ante la apropiación de territorios por parte de corporaciones nacionales asociadas a extranjeras con destino a agronegocios, por el desarraigo y desplazamiento de las poblaciones a los conurbanos de las grandes ciudades para recibir un plan de subsistencia o su alternativa de trabajo precario. No vemos que se indigne por el extractivismo de chinos y canadienses que se llevan alegremente nuestros minerales, por las obras de infraestructura (hidrovías, carreteras, diques, represas, túneles) que pagamos para facilitar el saqueo de nuestros recursos naturales. Pocos explican cómo se financia la política, nadie osa investigar quiénes son los fugadores seriales de divisas. ¿Quién va a pagar la fiesta del saqueo? Un país rico, con un tercio de la población en la pobreza crónica, estructural y multifactorial. Y Estados Unidos ahorcándonos vía el endeudamiento descomunal gerenciado por el FMI.

Nuestro periodismo autoproclama:"La realidad como nadie te la muestra". La realidad se ha achicado, o el slogan les queda grande.

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