lunes, 29 de julio de 2013

Un poco de todo

Bajeza y triquiñuela

I

Domingo a la noche, CN 23. Buena oportunidad para aprender algo más sobre Chevron, para escuchar varias voces. En vano intenta el ambientalista invitado brindar algún dato, con toda desvergüenza le hablan encima, lo interrumpen vez tras vez. ¿El moderador? ¿Qué moderador?
No se entiende nada.
Uno, como televidente, opta por el zapping.

II

Radio América. El aviso del partido opositor durará.... ¿cuánto? ¿diez, veinte segundos? Lo pasan hasta el hartazgo, a repetición. Una triquiñuela, señora ("¡cómo me pudre éste con el mismo disquito!") No puede decirse que incumplan con lo convenido, los espacios gratuitos de publicidad electoral son respetados.

Roque

Lo primero que veo, sobre el pasto, son los infaltables hisopos diarios que algún vecino arroja desde su ventana. A ver. Hisopos. Usados. La mañana sigue con una espera de tan sólo media horita, quien prometiera encontrarse conmigo, llama para decir que se retrasó. Cargar la Sube, trámite sencillo si los hay, demora otros quince minutos (no se entiende lo que dice la piba ante el micrófono, termino pidiéndole que me devuelva la tarjeta y el dinero). El colectivo demora tanto que levanto la vista hacia el poste indicador, no sea cosa que haya equivocado la parada.
Detrás mío, un grandote gargajea y escupe. Una señora rubia -coqueta, de tacos- avanza por la vereda con pasos cortos. "¡Roque!", llama sin resultado, haciendo bocina con la mano. "¿No me grita Roque?", le pide a alguien, a cualquiera de nosotros en la fila. "¡¡¡ROQUE!!!", vocifera el grandote. El tal Roque se da vuelta... y después acelera el paso. La gente sonríe.
"¡Roque!", "¡¡¡Roque!!!", se escucha aquí y allá. La señora rubia sigue dificultosamente tras sus pasos. "¡¡¡VOLVÉ, TE PERDONA!!!"

La frase

Hojeo el libro de Bernardo Stamateas, Resultados extraordinarios, sin demasiada expectativa.

La pasión te sacará del perfeccionismo y te llevará a la excelencia.

Guau. La pasión -releo- te sacará del perfeccionismo y te llevará a la excelencia. Es una frase para resaltar, casi puedo verla bajo un trazo amarillo.

4 comentarios:

  1. "¿No me grita Roque?", qué escena extraordinaria, me alegraste la tarde.

    Saludos, Maia.

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  2. Qué bueno. A mí también me alegró, Roque se la pierde.

    Saludos, Rob.

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  3. Jajaja, buenísima la de Roque!
    Que odioso es perder el tiempo. Haciendo filas, esperando el colectivo que no llega, uf.
    Hoy llevando a Fau a la escuela un camión quedó atravesado en el puente de salida de Panamericana...
    lo maldije en cinco idiomas, media hora de cola para poder salir de la ruta.
    Después me tocó el archivo de Tribunales: ya se lo traigo dijo la chica cuando le pedí un expediente. Todavía estoy esperando.
    Me calenté y me fuí a un bar a tomar un café. Cuando me iba, un camioncito repartidor estacionó detrás de mi auto y me bloqueó la salida. 20 minutos y el tipo ni aparecía...
    ¿no me grita camionero dónde te metiste???

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  4. ja! Y cada vez es peor, con este tránsito.

    Como creo que alguna vez le dije, he visto en el colectivo a mujeres depilándose las cejas, subrayando apuntes, tejiendo, jugando al Candy no sé cuánto, pintándose las uñas y hasta coloreando mandalas. Aprovechando el tiempo, bah. Los hombres son más discretos, o quizás menos imaginativos.

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