jueves, 16 de mayo de 2013

Soltar

Solemos hablar de "mi alma", empieza Deepak Chopra uno de sus capítulos. Lo leo pensando que nos introduce al tema de que somos seres espirituales con una experiencia física, de lo que se deduce que no deberíamos decir mi alma (algo que tenemos, como el cuerpo o la mente), sino yo (algo que somos).

Pero no, la cosa va más lejos. Si yo tengo un alma, podría perderla. Podría regalarla. Podría ponerle precio. Podría saber dónde se ubica. Podría compararla con la de alguien más. Si el alma puede perderse o salvarse, ser bendecida o condenada, se convierte en objeto.

"En lugar del alma que posees, lo cual es un mito, hay un alma ilimitada que existe en todas partes. El alma es básicamente un nexo con el universo. Consiste en conciencia pura, materia prima que forma tus pensamientos, sensaciones, deseos, sueños y visiones. Piensa en el blanco, el color más puro. Ante nuestros ojos el blanco no se ve como si todos los colores derivaran de él. De hecho se podría suponer lo contrario, que no se le puede extraer ningún color, dado que el blanco en sí carece de color. La conciencia pura llega incluso más allá. No constituye un pensamiento, pero todos los pensamientos emanan de ella. No es una sensación, pero todos los sentidos derivan de ella. De hecho la conciencia pura se ubica más allá de cualquier experiencia en el espacio y el tiempo. No tiene principio ni fin. Nada puede atarla ni cercarla, como tampoco fue posible acotar la erupción de energía del Big Bang, porque la influencia del alma se extiende a toda la Creación. El alma ilimitada fluye hacia tu interior, a tu alrededor y a través de ti. De hecho es tu yo real porque constituye tu manantial.
Me parece que las religiones comenten el error de personalizar el alma como "mía" o "tuya", porque el alma ilimitada -igual que el Dios infinito- abruma a la mente. Se necesitaba algo más manejable. De ahí el Dios personal sentado por encima de las nubes que mira a sus hijos en la Tierra, a quienes les ha conseguido un alma personal que cabe perfectamente dentro de su corazón. Reducir el alma a un artículo de propiedad privada la hace más fácil de manejar pero distorsiona la realidad. Tratemos de recuperar la realidad. ¿Puede cada uno de nosotros resultar tan ilimitado como su alma? Me parece que sí. Hacia esa meta es exactamente donde nos conduce nuestro viaje. Si vivir amurallados nos ha creado limitación y sufrimiento, la única alternativa es salirse de las murallas. Ahí es donde se cambia el sufrimiento por la libertad, ahí es donde se encuentra la verdadera satisfacción. El alma ilimitada no puede perderse ni salvarse, Dios no puede negarla ni desahuciarla, porque Dios está hecho de la misma conciencia pura".

Dejo el libro a un costado. Que lo tiró, es el famoso Todos somos Uno. A mí, que me cuesta prestar los libros, me viene a decir que suelte el concepto de Mi Alma. Mi alma hermosa y prístina y lustrada. Con lo que me costó pulir esta alma mía, ahora resulta que viene siendo un rejunte con otras almas, parte de una sopa cuántica, amorfa y cósmica (quiero mi dinero, yo pago mis impuestos).

¿Qué me das a cambio, Chopra? Ja, la conexión, dice. Se vende bien, el tipo.

7 comentarios:

  1. Probando, probando... Hace mucho que no navego, y con estos fríos el aire marítimo me saca urticaria, pero acá estoy. Coincido con usted, me niego a creer que mi pobre y zarandeada alma sea un zurcido de retazos tipo patchwork. Aunque también eso explicaría los extraños y ajenos sueños que me visitan cuando duermo, especialmente en los últimos tiempos...

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  2. penelope! Hola, qué gusto verla. Vea, me releo y noto mi propia confusión. No es "su alma", sino "ud". Ud como alma, si prefiere. Ahora, tal parece que ni eso, mire. Que seríamos como las hormigas o las abejas, con un cusifai colectivo.

    Cuando uno introduce el concepto del yo, empieza la separación, leí alguna vez (mire los bebés, tan confiados y serenos). Lo que Chopra plantea, significa lisa y llanamente el fin de la soledad.

    Si se piensa bien, cualquiera puede ser nuestro amigo, hay miles de potenciales parejas dando vueltas ahí afuera. Y millones que sufren la desconexión con el/los otro/s. Imagine si esa otredad desapareciera. Tiene sentido, el amor es expansión, si somos amor (cuestión en la que coinciden todas las religiones) abarcamos al otro. Ahora bien, ¿somos el otro? Ah, qué miedito.

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  3. NO entendí el concepto. O no lo quiero entender, no sé... ja. Mi alma es mía y no me jodan.
    Nayru

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  4. Que Chopra "se vende bien" no me cabe duda. Eso de que todos somos uno me parece poético, y punto. Sin embargo, también la poesía ayuda a comprender el misterio de la vida, y ciertas imágenes poéticas pueden entusiasmar a nuestro espíritu mucho más que toda la árida ciencia junta. Son mundos que se complementan.

    Saludos, Maia.

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  5. Nayru, no puedo ayudarla porque no terminé el capítulo. :-)

    Chopra es todo un caso, a veces leo una página y me alcanza para toda la semana. Por ejemplo, predica que para alcanzar la inmortalidad (con comillas, sin comillas, como quiera) hay que pensar que tenemos todo el tiempo del mundo. ¿Y sabe qué? Me sirve. Utilizo ese pensamiento cuando se me hace tarde: "Tengo todo el tiempo del mundo". Y el tiempo de veras parece detenerse.

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  6. Tal cual. Ahora voy por el libro de un neuro cirujano, el cielo no sé cuánto. Lo escribió después de su experiencia de vida después de la muerte y ya es número uno en ventas en su país. Son temas que me atraen, qué va ser. Y vivo con un cientificista (ay).

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  7. "Proof of heaven", se llama el libro.

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