lunes, 13 de mayo de 2013

Estos días

Lanata

'ta que los parió, las cuatro de la mañana. "¡Leo!", grita la chica, y después anuncia no sé qué cosa. Están Leo y otro amigo, que se ríe fuerte con un jejeje. "Danos un mango, por favor, por lo que más quieras!!!", aúlla la chica a un automovilista. Supongo yo que a un automovilista, están los tres en la esquina. Los gritos y las risotadas siguen y siguen durante una hora más, qué fastidio. ¿Sabrá esta gente que hay vecinos que intentan descansar, que se levantan temprano a estudiar, que trabajan los fines de semana? No parece importarles, son dueños de la calle. Cada respuesta a sus reclamos despierta comentarios y risotadas. Un automovilista pisa el acelerador, parecería que va a correr una picada o tal vez sólo pretenda espantarlos. "...blablabla, bla, bla, bla, Lanata", escucho desde mi cama. Y después "...boluda, BOLUDA!!!!" Se hace un minuto de silencio. ¡¡¡LANATA!!!, vocifera Leo en la esquina. "Jejeje -acota el amigo- aguante Macri".

El año que vivimos en peligro

¿Qué era, un libro, una película? No sé, pero la frase acude a mi cabeza: el año que vivimos en peligro. Hay un muchacho colgado del pasamanos, en medio del colectivo. Lleva puesta una campera de mujer. La campera es del color que tanto me gusta -mezcla de verde agua y arena- y lleva capucha con piel al tono. Una buena campera, cara. Un poco deslucida, si se mira bien. Le va corta de mangas, en el antebrazo levantado alcanza a verse un tatuaje. Qué raro, un pibe con una campera tan innegablemente femenina.
Lo estudio como puedo, por entremedio de la gente. Tiene alrededor de veinte años y la cara muy flaca. Hambreada, casi. Lleva en la mano una botella chica de Fanta, a medias llena de un líquido que no es naranjada. ¿Agua? ¿Gin? Es escalofriante. Por la capucha puesta (la cara angulosa enmarcada por la piel verde agua), por la botella que no contiene lo esperado, por el tatuaje tumbero que asoma bajo la manga demasiado corta. Empiezo a tener miedo, un miedo animal.

El pibe guarda la botella -siempre sin descolgarse del pasamanos- en el bolsillo de la campera y hurga en el de su pantalón. Desde mi asiento alcanzo a ver la trincheta antes de que su mano se cierre, escondiéndola. Ay Diosito, que se baje antes que yo. El pibe se ubica al costado de la puerta del medio y no se baja. El colectivo avanza, giro la cabeza, él sigue firme ahí... y yo me acerco a mi parada. No queda otra que levantarse. "Permiso, permiso...", le pido a la gente mientras lucho con la valija y el bolso. A medio camino cambio de idea y vuelvo a molestar en sentido contrario. "Bajo por adelante porque no me gusta la facha del flaco al lado de la puerta... además tiene una trincheta en la mano", anoticio al chofer. El chofer (tanto o más joven) mira por el espejo y asiente, mascando chicle. "Igual se va a bajar acá", me dice. "Sí, pero yo bajo en la otra". Es un alivio ver en la vereda al flaco de la campera verde, un alivio que el colectivo me aleje de él un par de cuadras. Así y todo no las tengo todas conmigo... ¿qué son dos o tres cuadras para un desesperado? El camino a casa es tan largo como oscura la calle. Con el corazón apurado, recupero el aire recién en el ascensor.

El Hombre escucha la historia con un ojo puesto en la definición de vaya a saber qué partido. Igual (será el gesto serio, será cierta pena) sé que entiende.

6 comentarios:

  1. ¿Será que nos cayó aquella maldición china de los "tiempos interesantes"? Abrazo, Maia.

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  2. Ah, no la conocía. Me recuerda a la peor maldición gitana: "Ojalá te enamores".

    Una vez charlé con un polaco o ucraniano, no recuerdo bien. Había viajado hasta acá para hacer cursos de computación. Curiosa, le pregunté si en su país no había. Sí, pero el suyo es un país aburrido, el nuestro en cambio es "interesante", en el sentido de que todos los días pasan cosas.
    Cada tanto lo recuerdo... ¡vaya si pasan cosas!

    Beso, Robbie

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  3. A mí su relato me trae a la mente otra película: "Tiempos Violentos".
    Besos, Nayru

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  4. Vi una sola de Tarantino, la última. Y me alcanzó, no me gusta NADA esa estética.
    Besos, nayrupop

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  5. Uh, si la escucha mi hijo se ofende. Yo me ví KILL BILL I y II como 5 veces cada una. Y la otra semana ví Dyango ¿es de él, no?. A mí me divierte (con comillas si le parece). Es tan bizarro.

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  6. Sí, Dyango es la que vi. Fui porque amo los western, pero no entendí las críticas de "excelente". Mucha sangre al cuete, demasiado sadismo. Si es un tipo de humor, no lo comprendo ("sobre gustos...", dijo una vieja)

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