Cuando yo muera
(Cien sonetos de amor, LXXXIX)
(Cien sonetos de amor, LXXXIX)
Cuando yo muera quiero
tus manos en mis ojos:
quiero la luz y el trigo
de tus manos amadas
pasar una vez más sobre
mí su frescura:
sentir la suavidad
que cambió mi destino.
tus manos en mis ojos:
quiero la luz y el trigo
de tus manos amadas
pasar una vez más sobre
mí su frescura:
sentir la suavidad
que cambió mi destino.
Quiero que vivas mientras yo, dormido,
te espero,
quiero que tus oídos sigan
oyendo el viento,
que huelas el aroma del mar
que amamos juntos
y que sigas pisando la arena
que pisamos.
te espero,
quiero que tus oídos sigan
oyendo el viento,
que huelas el aroma del mar
que amamos juntos
y que sigas pisando la arena
que pisamos.
Quiero que lo que amo siga vivo
y a ti te amé y canté sobre
todas las cosas,
por eso sigue tú floreciendo,
florida,
Amor mío, si muero y tú no mueres
(Cien sonetos de amor, XCII)
Polvo en el trigo, arena en las arenas
el tiempo, el agua errante, el viento vago
nos llevó como grano navegante.
Pudimos no encontrarnos en el tiempo.
Esta pradera en que nos encontramos,
oh pequeño infinito! devolvemos.
Pero este amor, [amor], no ha terminado,
Y así como no tuvo nacimiento
no tiene muerte, es como un largo río,
sólo cambia de tierras y de labios.
y a ti te amé y canté sobre
todas las cosas,
por eso sigue tú floreciendo,
florida,
para que alcances [todo] lo
que mi amor te ordena,
para que se pasee mi sombra
para que se pasee mi sombra
por tu pelo,
[para que] y así conozcan
[para que] y así conozcan
la razón de mi canto.
(Cien sonetos de amor, XCII)
Amor mío, si muero y tú no mueres,
amor mío, si mueres y no muero,
no demos al dolor más territorio:
no hay extensión como la que vivimos.
amor mío, si mueres y no muero,
no demos al dolor más territorio:
no hay extensión como la que vivimos.
Polvo en el trigo, arena en las arenas
el tiempo, el agua errante, el viento vago
nos llevó como grano navegante.
Pudimos no encontrarnos en el tiempo.
Esta pradera en que nos encontramos,
oh pequeño infinito! devolvemos.
Pero este amor, [amor], no ha terminado,
Y así como no tuvo nacimiento
no tiene muerte, es como un largo río,
sólo cambia de tierras y de labios.
Y después, un cd de Obra inversa, con una bella adaptación de una poesía de L. Houston.
Growing together
After a short rain
Después de una breve lluvia
We stepped into the garden
Salimos al jardín
Growing together.
Creciendo juntos.
Cómo no escucharlos.
El primero, alguna vez, lo supe de memoria. Tenía 15, estaba fascinada con Neruda. Un día me rateé con un noviecito al que "arrastré" hasta la Biblioteca del Maestro, donde leímos los 20 poemas de amor (creo que no llegamos a la canción desesperada). Pobre, creo que no entendía bien qué estaba sucediendo. Me gusta pensar que igual disfrutó esa lectura compulsiva.
ResponderEliminarOh, el amor.
Si veo El cartero por enésima vez, lloro como la primera.
Hay cosas que cambian de sitio, pero no de lugar en nuestros corazones.
Una maravilla. Me corrijo, tres, maravillas.
ResponderEliminar(Cuando leí el título del post pensé que hablaría de la invención de el/la cassette, que en estos días cumplió 50 años. Me parecía en mi infancia algo tan fantástico, y hoy es... pasado.)
Un abrazo.
Recién escucho la música. Me conmueve. Gracias.
ResponderEliminarBetina, la poesía es de quien la necesita. ;-)
ResponderEliminarHermosa película, muy hermosa.
http://www.youtube.com/watch?v=RYX5d3I4Rkc
Galeano analizó bien esta cuestión de que todo sea tan velozmente descartable. Hoy leí por primera vez "La salud de los enfermos", un cuento perfecto de Cortázar. La edición es de 1973 y el libro se desarma en las manos. Y ahí estaba yo, deslumbrada.
ResponderEliminarLa música es de Rodolfo, nuestro viejo vendedor de libros y cds en la feria. Esa que uno compra sin saber, por puro instinto.
Abrazo
"El imperio del consumo", se llama.
ResponderEliminarhttp://latinoamericana.org/2005/textos/castellano/Galeano.htm