miércoles, 30 de marzo de 2016

Monstruos

"No fue su intención matar a un inocente". Así rezaba anoche el zócalo de uno de tantos noticieros. Los periodistas coincidían (coinciden hoy) en la angustiosa idea de que la muerte podría haberle tocado a "cualquiera de nosotros o de los nuestros". Parecerían sugerir que si el muerto hubiese sido un ladrón -un culpable- bien muerto estaría.

"Éste no roba más". Matar al ladrón, ¿ya está en nuestro ADN? ¿En qué clase de monstruo nos convertimos?

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