Compro un librito usado, Como lograr el milagro de vivir despierto (tiene manchas de humedad pero no me importa, es ideal para leer al aire libre y no hay problema de tomar café encima). Su autor es Thich Naht Hanh, monje budista, erudito y poeta, trabajador social.
Alguna vez mamá supo decir: "Así sólo nos sirva una frase de un libro, ya recuperamos lo invertido". Éstas son mis frases.
Tener mucho más tiempo
Querido Quang: Ayer vino a verme Steve con su hijo Tony. Tony está creciendo a toda velocidad. Ya tiene casi siete años y habla francés e inglés.
Le di varios libros de dibujos para niños pero apenas si les echó un vistazo antes de apartarlos bruscamente e interrumpir nuestra conversación otra vez. Exige atención constante de los adultos.
Luego Tony se puso la chaqueta y salió a jugar con el niño de un vecino. Entonces Steve dijo: "Acabo de descubrir la forma de tener mucho más tiempo". Le pregunté cómo y respondió: "Antes solía ver mi tiempo como si estuviera fraccionado. Una parte la reservaba para Tony, le ayudaba con los deberes, le leía cuentos o le bañaba. Otra parte era para Ann, ayudándole con Zoe, haciéndole la compra, llevando la ropa a la lavandería y hablando con ella cuando los niños ya estaban en la cama; todavía veo a Ann y a Zoe como una sola persona porque el aliento de Zoe es el aliento de Ann y si una de ellas dejara de respirar, la otra también lo haría. El tiempo que sobraba lo consideraba mío, podía leer, escribir, investigar, pasear. El trabajo en la oficina también era otra parcela, o sea el tiempo para la oficina.
"Pero ahora intento no volver a fraccionar el tiempo nunca más; considero el tiempo que paso con Tony y Ann como el mío propio. Cuando ayudo a Tony con sus deberes procuro desechar el pensamiento de que "éste es el rato que le reservo a Tony y luego tendré un rato para mí". Trato de encontrar formas de ver su tiempo como el mío propio. Sigo las lecciones con él, compartiendo su presencia y encontrando la manera de interesarme en lo que hacemos durante ese tiempo. De esta manera el rato para él es mi propio tiempo. Lo mismo con Ann. Y lo más notable es que ahora tengo tiempo ilimitado para mí".
Fregando los platos para fregar los platos
Pagoda de Tu Hieu - Vietnam
En Estados Unidos tengo un amigo íntimo llamado Jim Forest. El invierno pasado vino a visitarme. Yo siempre friego los platos después de cenar, antes de sentarme a tomar un té con cualquier persona. Una noche me preguntó Jim si podía fregar él, le dije: "Hazlo, pero si vas a fregar los platos debes saber cómo hacerlo". Jim contestó: "Vamos, Thay, ¿crees que no sé fregar platos?" Le respondí: "Hay dos formas de fregar platos. La primera es fregar para tener platos limpios y la segunda es fregar los platos para fregar los platos". Jim estaba encantado y dijo: "Elijo la segunda forma: fregar los platos para fregar los platos". Desde entonces Jim supo cómo había que fregar platos y le transferí la "responsabilidad" durante una semana. Después hizo una enorme propaganda acerca de fregar los platos para fregar los platos e incluso publicó la frase en varios periódicos. En casa lo mencionó tantas veces que un día Laura le dijo: "Si realmente te gusta tanto fregar los platos para fregar los platos, hay un armario lleno de platos limpios en la cocina, ¿por qué no vas y los friegas?"
Hace treinta años, cuando yo era todavía un novicio en la Pagoda de Tu Hieu, fregar los platos era una tarea muy poco agradable. Durante la Estación de Retiro, cuando todos los monjes volvían la monasterio, dos novicios tenían que hacer la comida y fregar a veces para más de cien monjes. No había jabón. Sólo teníamos cenizas, cascarillas de arroz y cáscaras de coco, eso era todo. Lavar tan enorme pila de boles era una tarea ingrata, especialmente en invierno cuando el agua estaba helada. Entonces tenías que calentar un gran balde de agua antes de poder restregarlos. Hoy día, se tiene una cocina equipada con jabón líquido, estropajos especiales e incluso agua corriente caliente que lo hacen todo más agradable. Hoy es más fácil disfrutar fregando. Cualquiera puede hacerlo a toda velocidad para sentarse luego a disfrutar una taza de té. Incluso conozco a un montón de mujeres que le han pedido al marido un lavaplatos; Quang, puedo comprender una lavadora, aunque siempre lavo mi ropa a mano, pero un lavaplatos ¡es ir demasiado lejos! Estoy seguro de que al regresar las mujeres a casa cloquearían con desaprobación "¡Cielos! ¿cómo puede nadie ser tan perezoso?"
Según el Sutra de la Atención Mental, mientras se friegan los platos uno debe estar solamente fregando los platos, lo cual quiere decir que mientras se hace eso uno debe estar completamente atento al hecho de que se está fregando. A primera vista puede parecer un poco tonto: ¿por qué poner tanta preocupación en algo tan simple? Pero ese es precisamente el asunto, Quang. El hecho de que yo esté aquí lavando los boles es una realidad maravillosa. Estoy siendo totalmente yo mismo, siguiendo mi respiración, consciente de mi presencia y consciente de mis pensamientos y acciones. No hay forma de ser zarandeado estúpidamente como una botella llevada de aquí para allá por las olas. La consciencia no puede ser dispersada como la espuma en la cresta de las olas cuando se estrellan contra el acantilado.
Si mientras lavamos los platos, solamente estamos pensando en la taza de té que nos aguarda o en cualquier cosa que pertenezca al futuro, o nos estamos apresurando a quitarnos los platos de encima como si fueran una molestia, entonces no estamos "fregando los platos para fregar los platos", y lo que es más, no estamos vivos durante el tiempo que tardamos en hacerlo. De hecho, somos completamente incapaces de apreciar el milagro de la vida mientras permanecemos ante la pila. Si no podemos fregar los platos, todas las oportunidades serán de que tampoco podremos disfrutar nuestra taza de té; mientras nos la bebemos estaremos pensando en otras cosas, apenas despiertos al hecho de la taza de té que tenemos entre las manos. De ese modo estaremos absortos en el futuro y lo que eso significa realmente es que seremos incapaces de vivir un solo momento de nuestra vida.
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