Hace poco pasaron la noticia de una mamá escuchando por primera vez la voz de su hijo de ocho años. Cómo damos por sentadas nuestras gracias, cuántas veces oímos sin escuchar al otro.
Más que la madre me conmovió el nene, su emoción de que su mamá lo escuchara. Sus manitos acariciando su propia nuca o enjugándose las lágrimas, ay... Pienso también en cuántos nenes se emocionarían así si sus madres (sin problemas de audición) los escucharan.
El nene me mató. A veces nos olvidamos que en la infancia también se sufre de stress (uno pensaría ¿qué problemas puede tener un chico?) Recuerdo mi propio miedo a la muerte durante una larga, larguísima siesta donde no pude pegar un ojo. Pregunté tanto y con tanta angustia que al final mi vieja me gritó "¡Bueno, basta!" y se fue. Al menos en ese momento la Muerte pareció pequeñita.
Yo pasaba varias noches sin pegar un ojo, mirando el techo en la oscuridad y pensando con horror en qué haría si mis papás se morían... Tu vieja no sería Françoise Dolto, pero qué eficacia para sacarte el susto :-)
Durante un viaje en auto, vaya a saber por qué, se me ocurrió que podía ser adoptada. Y se me hizo un nudo en la garganta de sólo pensar en preguntarlo.
El Hombre se queja de que repito las cosas. Pero dígame si no estoy en lo cierto: si cuando le digo algo no retira la mirada de la compu, no asiente ni dice nada... ¿cómo sé que escuchó? Qué mal nos comunicamos, realmente.
De chicos se nos ocurre o imaginamos cada cosa (de grandes también, bah). Mire si no: http://lunavalencia.blogspot.com.ar/2012/07/segismunda.html
El malentendido con el Hombre surge porque muchos creen que se escucha con el oído, cuando todos sabemos (al menos, las mujeres) que con lo que más se escucha es con los ojos.
Más que la madre me conmovió el nene, su emoción de que su mamá lo escuchara. Sus manitos acariciando su propia nuca o enjugándose las lágrimas, ay... Pienso también en cuántos nenes se emocionarían así si sus madres (sin problemas de audición) los escucharan.
ResponderEliminarallegre e un po triste, dicamos...
El nene me mató. A veces nos olvidamos que en la infancia también se sufre de stress (uno pensaría ¿qué problemas puede tener un chico?) Recuerdo mi propio miedo a la muerte durante una larga, larguísima siesta donde no pude pegar un ojo. Pregunté tanto y con tanta angustia que al final mi vieja me gritó "¡Bueno, basta!" y se fue. Al menos en ese momento la Muerte pareció pequeñita.
ResponderEliminarYo pasaba varias noches sin pegar un ojo, mirando el techo en la oscuridad y pensando con horror en qué haría si mis papás se morían...
ResponderEliminarTu vieja no sería Françoise Dolto, pero qué eficacia para sacarte el susto :-)
Sí, esos horrores... Mi vieja, una genia.
ResponderEliminarDurante un viaje en auto, vaya a saber por qué, se me ocurrió que podía ser adoptada. Y se me hizo un nudo en la garganta de sólo pensar en preguntarlo.
El Hombre se queja de que repito las cosas. Pero dígame si no estoy en lo cierto: si cuando le digo algo no retira la mirada de la compu, no asiente ni dice nada... ¿cómo sé que escuchó? Qué mal nos comunicamos, realmente.
De chicos se nos ocurre o imaginamos cada cosa (de grandes también, bah). Mire si no: http://lunavalencia.blogspot.com.ar/2012/07/segismunda.html
EliminarEl malentendido con el Hombre surge porque muchos creen que se escucha con el oído, cuando todos sabemos (al menos, las mujeres) que con lo que más se escucha es con los ojos.
Ah, me encantó!
ResponderEliminarEs el famoso "mirame cuando te hablo".
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