Sin sexo no hay pareja. Lo afirmó sin más ni más la sexóloga de apellido acorde. Sin sexo no hay pareja y -cómo es que decía, le costaba seguir el hilo- sin diálogo no hay sexo.
Ahí estaba: "Sin sexo no hay pareja, y sin diálogo no hay sexo". Lindo para escribirlo y sujetarlo entre dos imanes, tal vez el de la medialuna y el del vaso de jugo. Sabroso y nutritivo.
Sin diálogo no hay pareja, sin pareja no hay sexo, las palabras se mezclaron vertiginosamente como si hubiesen caído en la taza de café con leche y las revolviese ahora con la cuchara. No hay, no hay, no hay, no hay, hay, sin, pareja, pareja, diálogo, sexo, sexo, sex.
Imaginó un largo acople parloteando sin parar, murmurando en la oreja del otro, jadeando poemas, intercambiando recetas de cocina, hablando del tiempo.
Ya era suficiente la radio encendida desde temprano, el bzbz que llegaba desde el living cuando aún estiraba las piernas en la cama; la radio eterna suponía vivir dentro de una colmena laboriosa.
¡Clac, clac!, acordaron sus pies, los delicados huesos.
Ud. sabe que de excepciones a la regla (a cualquier regla) está llena la viña del Señor.
ResponderEliminarSaludos, Maia.
Rob, las excepciones nos permiten pertenecer, pese a todo.
ResponderEliminarLa publicidad misma se aprovecha de esa necesidad, desde los desodorantes hasta las tarjetas de crédito.
Sin sexo no hay diálogo, diría algún ejemplar masculino. Es otra manera de comunicarse, si se piensa bien (también lo es un garrotazo en la cabeza).
Saludos
Yo doy fé de que sin pareja no hay ni diálogo ni sexo. :(
ResponderEliminarNayrucita, mi cielo.
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